Vinsur de Daniel Lonnberg
Los vinos que elabora Daniel en su proyecto son un homenaje a Baja California, la tierra que lo recibió hace 20 años y le abrió sus valles
WENDY PÉREZ
"Cuando uno llega a lugares como Ensenada y sus valles, con toda su magia, hay que entender primero el contexto, seas un productor de vino, generador de hospitalidad o visitante.
“Entender, que la naturaleza es un patrimonio, y que aquí se viene a aprender de vino y a pasarla bien”. Así es como el enólogo Daniel Lonnberg describe la zona bajacaliforniana que, desde el año 2000, es su casa.
Sumar al Valle
En su natal Chile, este enólogo había trabajado para bodegas como Concha y Toro y Altair, y aquí, en Valle de Guadalupe, comenzó a crear vinos con Hugo D’Acosta, en Casa de Piedra, donde se involucró de lleno en el proyecto de Paralelo, el cual vio crecer.
Con los años, se concretaron otras consultorías con Adobe Guadalupe, Hilo Negro, Hacienda Guadalupe y Norte 32, que lo afianzaron para generar su proyecto: Vinsur, una de las primeras distribuciones que tuvo Vinos Boutique.
Hablar con Daniel es escuchar de viva voz a uno de los impulsores de muchos momentos claves para el despegue de los vinos de la Baja, y del consumo per cápita mexicano, que ya rebasa el litro y medio.
“Las primeras etiquetas salieron en el 2008, que fue Cañada de Los Encinos; después surgió Literal y, finalmente, Reflejo. Tres líneas que en los últimos años hemos trabajado en cambio de imagen”.
“Entender, que la naturaleza es un patrimonio, y que aquí se viene a aprender de vino y a pasarla bien”. Así es como el enólogo Daniel Lonnberg describe la zona bajacaliforniana que, desde el año 2000, es su casa.
Sumar al Valle
En su natal Chile, este enólogo había trabajado para bodegas como Concha y Toro y Altair, y aquí, en Valle de Guadalupe, comenzó a crear vinos con Hugo D’Acosta, en Casa de Piedra, donde se involucró de lleno en el proyecto de Paralelo, el cual vio crecer.
Con los años, se concretaron otras consultorías con Adobe Guadalupe, Hilo Negro, Hacienda Guadalupe y Norte 32, que lo afianzaron para generar su proyecto: Vinsur, una de las primeras distribuciones que tuvo Vinos Boutique.
Hablar con Daniel es escuchar de viva voz a uno de los impulsores de muchos momentos claves para el despegue de los vinos de la Baja, y del consumo per cápita mexicano, que ya rebasa el litro y medio.
“Las primeras etiquetas salieron en el 2008, que fue Cañada de Los Encinos; después surgió Literal y, finalmente, Reflejo. Tres líneas que en los últimos años hemos trabajado en cambio de imagen”.
Haciendo lo propio
Los blancos, rosados y tintos de Vinsur, son producto de blends o mezclas, pues Daniel considera que esto genera vinos más homogéneos. “Se equilibran, ya que al potenciarse variedades que se juntan hay un juego con la fruta y su estructura. Además, yo también juego mucho con las barricas para que al servirse, abra y se exprese el vino”.
Gracias a la creciente apertura de los consumidores, en especial el nicho joven y el femenino, el vino ya es una alternativa en la comida, la cena y para generar toda clase de experiencias.
“Soy fan de los blancos y rosados que cada vez interesan más a todos. Con este clima cálido que tenemos en Baja es un poco difícil hacer blancos, pues éstos son de un tiempo fresco. Si no cuidamos la fruta, por ejemplo, el blanco sale muy maduro; pero estas exigencias son las que lo hacen interesante, superar el reto y ver el potencial que tiene la zona para lograrlo”.
Esta visión ha sido definitoria para sumar estas opciones en sus líneas, usando uvas como la Zinfandel, una de sus favoritas. “Su acidez es muy fresca y ayuda a complementar una mezcla, en este caso con la Petit Verdot. Un ensamblaje interesante”.
A pregunta abierta sobre cómo explorar Vinsur, él sugiere comenzar con Reflejo, una línea para el día a día; seguir con Cañada de Los Encinos, al que define como el hermano menor de Literal, y cerrar con este último para poder disfrutar de su estructura.
Los blancos, rosados y tintos de Vinsur, son producto de blends o mezclas, pues Daniel considera que esto genera vinos más homogéneos. “Se equilibran, ya que al potenciarse variedades que se juntan hay un juego con la fruta y su estructura. Además, yo también juego mucho con las barricas para que al servirse, abra y se exprese el vino”.
Gracias a la creciente apertura de los consumidores, en especial el nicho joven y el femenino, el vino ya es una alternativa en la comida, la cena y para generar toda clase de experiencias.
“Soy fan de los blancos y rosados que cada vez interesan más a todos. Con este clima cálido que tenemos en Baja es un poco difícil hacer blancos, pues éstos son de un tiempo fresco. Si no cuidamos la fruta, por ejemplo, el blanco sale muy maduro; pero estas exigencias son las que lo hacen interesante, superar el reto y ver el potencial que tiene la zona para lograrlo”.
Esta visión ha sido definitoria para sumar estas opciones en sus líneas, usando uvas como la Zinfandel, una de sus favoritas. “Su acidez es muy fresca y ayuda a complementar una mezcla, en este caso con la Petit Verdot. Un ensamblaje interesante”.
A pregunta abierta sobre cómo explorar Vinsur, él sugiere comenzar con Reflejo, una línea para el día a día; seguir con Cañada de Los Encinos, al que define como el hermano menor de Literal, y cerrar con este último para poder disfrutar de su estructura.
Vinsur ha sido parte del portafolio Vinos Boutique Mexicanos. Explóralo en: particulares@vinosboutiquemexicanos.com