Valle de Tintos: Crecer y vivir entre vides


La génesis de esta bodega bajacaliforniana tiene un lazo familiar con la historia de vida de Nicole Martain y Álvaro Romero

 WENDY PÉREZ

 
“Aquí nadie se aburre” es como Nicole Martain explica su día a día en la bodega Valle de Tintos, en Baja California, de la que es cofundadora con su esposo Álvaro Romero.

Ella sabe desde niña que en temas enológicos, todas las mañanas son diferentes.

“Desde que tengo uso de razón el vino es parte de la cultura de la comida de mi familia, no es una bebida alcohólica, es claramente parte de nosotros”, resalta Nicole. Y con justa razón, pues es hija de Fernando Martain, fundador de Cavas Valmar, bodega ya clásica en el Valle de Guadalupe desde 1983.

“Parte de mí, de mi forma de vida está totalmente ligada a este mundo. Recuerdo que de pequeña me daban pan que remojaban en vino; mi bisabuelo era francés, entonces él acostumbró a sus hijos a verlo como algo cotidiano”, recuerda esta ensenadense que inició, entre 2013 y 2014, este proyecto personal con su esposo Álvaro.

Aclara que Valle de Tintos era sólo un sueño que pensaban beberían entre su familia y amigos, pero pronto la idea cambió, reafirmando en ella la vocación de hacer vino.

“Empezamos con puros vinos tintos, un Cabernet más Merlot, un 100 por ciento Cabernet Sauvignon y otro 100 por ciento Tempranillo, un emergente rosado, pero en 2015 Álvaro dijo: ‘necesitamos un vino blanco’ y llegó el Chenin Blanc con un toque de barrica. Todos hechos con uvas de los valles de San Vicente, Santo Tomás y Tecate”.

Natalia es ingeniera en electrónica, pero su historia viró hacia el valle donde creció tras enriquecerse con una especialidad en enología y viticultura para, tiempo después, hacer un “intership” en Napa y en zonas enológicas de Argentina.

“Cuando regresé dije, ya puedo trabajar y me quedé con mis papás en la bodega Cavas Valmar hasta que todo se alineó para que naciera Valle de Tintos”.

Por el Valle, su hogar
Con solo escuchar hablar a Nicole de sus vinos, queda claro que todo lo que tiene que ver con este tema le encanta.

“Es un estilo de vida, no una moda. Una vez que te metes a este mundo disfrutas los viñedos con sus días duros y los no tanto, y los cuidas porque es tu hogar, y necesitas que esta tierra esté sana para que tus vides y sus uvas lo estén”.

Además, esta mujer es otra gran defensora de que la génesis agrícola no siga siendo superada por lo turístico y menos por lo inmobiliario.
“Para mí gran parte del problema radica en seguir viendo al vino como un lujo, como mercancía, cuando es cultura.

“Digna de respetarse y lista para ser objeto de experimentación, una herramienta para probar y diversificar el paladar”, enfatiza. Y para ello, Valle de Tintos es un gran sitio donde ejercitar tal curiosidad, pues en su portafolio hace algunos años comenzaron a elaborar etiquetas más especiales, que son sólo de algunas barricas, un poquito de Malbec, un poquito de Shiraz. Nicole los llama: ”un tanto experimentales” y solamente los vende en la bodega, ubicada en Calle Diez 385, El Sauzal de Rodríguez, Ensenada, BC, México.

“El consumidor está acostumbrado a tomar vinos muy chonchos, muy robustos, necesitas comer algo para poder tomar ese vino.

“Personalmente siento que la tenencia está cambiando a vinos afrutados, más amigables, que no te exijan que estés comiendo para poder disfrutarlos, menos pretenciosos.

Insisto, está pasando de ser un lujo a algo más del común de la gente, como en mi casa”, finaliza Martain.



Experiencia Vertical
Todas las etiquetas de Valle de Tintos están con Vinos Boutique, colaboración que ahora se luce con una “Cata Vertical” que mostrará este 20 de octubre la evolución de una de sus uvas clásicas: la Cabernet Sauvignon en sus añadas 2014, 15, 16 y 17.
Además será la oportunidad de
escuchar de primera mano a Álvaro Romero compartir sobre el trabajo en conjunto que hace con Nicole. La experiencia se complementará con los platillos que ofrecerá el restaurante Erizo de Mar.

Lugares disponibles en:
https://linktr.ee/vinosboutiquemx